lunes, 21 de mayo de 2012

Rodin-eando





Estoy segura de que, en estos más de 230 textos que van escritos, me habré repetido en alguna ocasión en mis pensamientos. En esos que no son mios más que mientras permanecen en silencio. De esos que también pertenecen a muchos otros. Aunque me he parado a pensarlo, tampoco es que me importe, en realidad, es que no me importa en absoluto.

El pensamiento no implica nada material de forma directa, se le puede dar vueltas y más vueltas y sigue siendo libre y gratuito, de ahí que varíe con tal facilidad. Todos creemos ser dueños en ocasiones, de esos pensamientos que otros interpretan para nosotros. Quien no ha escuchado a un reconocido pensador y se identifica con sus palabras, con sus pensamientos... quien no ha escuchado a cualquiera que no sea un reconocido pensador y se identifica con sus palabras, con sus pensamientos. Quien en alguna ocasión no ha dicho;  es verdad, yo también pienso lo mismo. Y, no es que se pensase lo mismo con antelación, sino que se empieza a pensar en ese mismo instante que se escucha por vez primera , adquiriendo el derecho a ese pensamiento y atribuyendolo ya como propio.

Nadie es dueño de sus propios pensamientos ya que una vez expuestos, se podría comprobar  que esos mismos ya son compartidos por cientos de miles y , no solo en silencio.

El pensamiento es un fenómeno colectivo, una especie de pócima ludi-afecti-belica-amorosa, entre otras muchas cosas...