martes, 1 de mayo de 2012

La Luna viene esta noche, con una soga colgando...






Hoy he pasado la tarde con mi prima y sus hijos. Hacía meses que no nos veíamos y el encuentro ha sido maravilloso. Como es natural, hemos cotilleado lo nuestro y también hemos empezado a hablar de nuestro abuelo y de lo peculiar que éste era y lo mucho que nos aportó a todos. A mi, entre otras muchas cosas, me enseño a ser valiente y tan solo temer al miedo. Hoy, hemos empezado a recordar frases suyas y pensamientos que compartía con nosotros y nos partíamos de risa pero a la vez, le encontrábamos lógica a algunos de estos comentarios suyos como,  cuando se televisó la llegada del hombre a la luna. Hubo gente que salió a la calle a ver si se les veía llegar y otros, como mi abuelo, que se reían de estos otros por creer tan absurda mentira. El decía que no habían llegado a la luna sino al desierto de Almeria y que de noche habían hecho unas fotos y vestido a unos de payaso. Nos reíamos pensando en la posibilidad de que si en realidad, él tenía razón ya entonces, razón debido a su incredulidad derivada de ser ¨analfabeto¨...  y, ¿ que pasa con ese 95% de posibilidades que se barajan de que no llegaron ?  de que todo fue una farsa.  Cuando escuchaba por la radio los kilómetros de distancia entre la tierra y la luna, decía que; como iban a saberlo, que quien lo había medido, que la única forma sería tirar una soga de un lugar a otro y después medir ésta pero que no existía una soga tan larga. Me imagino esa soga de la tierra a la luna y me enternece lo que veo... a ese hombre natural como la vida misma y le quiero por ello, por todo lo que me dio para almacenar en mi recuerdo. Por aquella época, yo tenía unos 7 años y a la hora del parte, nos juntábamos toda la familia en su casa a escucharlo ya que era la única radio que habia para todos. Nadie se atrevía a pestañear y justo cuando acababa, antes de que empezase a entonarse la ¨melodía¨ cierre de la emisión, se levantaba rápidamente y apagaba la radio y entre diente, se le escuchaba decir , no se que... No hace tanto que fue cuando me enteré de porqué apagaba antes de que sonase esa música, según él, maldita. Otra cosa que hemos comentado con los hijos de  mi prima y que nuevamente han alucinado era, cuando tenía dolores de muelas o dientes y se las sacaba con unas tenazas y los guardaba entre los ladrillos de la fachada de la casa. Si le preguntábamos que porqué lo hacía, nos contestaba que para guardarlas en lugar seguro por si le hacía falta regresar a por ellas cuando faltase de este mundo... no creo que mi abuelo supiese mucho a cerca de los Farones pero, no solo guardaba sus muelas, por si acaso.
El hecho de que haya empezado hablando de mi abuelo, no significa que éste sea el tema principal de este texto. Tan solo es una forma de empezar. De nuevamente echar marcha atrás como tanto me gusta hacer -sin por ello retroceder, he de puntualizar- varias décadas. Cuando una radio era compartida por toda una familia. Cuando un televisor lo era también y no solo eso, sino que a veces y para facilitr la compra, se instalaba un pequeño depósito donde echar una monedita de un duro para que funcionase hasta que esta estuviese completamente pagada y que, se invitaba a algún vecino de confianza a verla, para que éste aportase su duro y así pagarla antes de tiempo. Cuando las neveras eran de barra de hielo, cuando no había luz eléctrica ni agua corriente, cuando solo había un par de coches en el barrio, cuando , cuando, cuando... Cuando cualquier novedad minimamente novedosa, provocaba sorpresa en las personas. Todo aquello que se iba ¨inventando¨ y que nos llegaba, nos resultaba lo MAS y nos preguntábamos que como era posible aquello y que mentes tan prodigiosas de donde salían las ideas.  Recuerdo el primer cassette que tuvimos, o el primer walkman... y no te cuento el primer teléfono móvil que se compró Domingo y que llevó al monte una noche estrellada mientras hacía una visita a nuestro campamento... todos queríamos llamar a alguien desde aquel lugar, desde aquella ¨nada¨... Hasta no hace tanto, cualquier avance de este tipo, nos sorprendía, íbamos como los  bebés, paso a paso digiriendo pero, de un tiempo a esta parte, nada nos sorprende ya y, todo lo que nos va llegando, parece formar parte de nosotros por defecto y, lo que antes nos costaba aprendernos los manuales de instrucciones, ahora ya ni llevan manual. Que tipo de entrenamiento o, que doctrina nos han introducido y a que nivel y por que vía... hemos llegado a formar parte de esta era de forma inexplicable, como si nos hibiesen implantado un chip mientras dormimos, de tal manera, que nada nos incomoda y estamos encantados y a la espera ansiosa de las nuevas versiones de cualquier cosa... Cosa que no nos produce mas que el deseo de lo próximo por llegar ya que siempre está a la vuelta de la esquina. A veces pienso que todo está pre-diseñado a la vez y que todo se va liberando al mercado en cadena periódicamente según se nos va acabando el entusiasmo que nos causa la novedad  ya que este, el entusiasmo, es cada vez más efímero entre las personas.


http://www.youtube.com/watch?v=AFks9A9TCF0