miércoles, 25 de enero de 2012

Palabras, más... Fidelidad

El lenguaje es una de las formas de comunicación del ser humano, es la más genérica ya que por defecto, casi todos ¨sabemos¨ hacerlo... soltamos palabras que hemos aprendido a pronunciar y que el significado de estas se encuentra en numerosos diccionarios y en distintos idiomas. Algunas de estas, dependiendo del idioma de origen,no llegan a tener traducción ya que son palabras que están formadas partiendo de una tradición o cultura y que no cuadran o encajan en otras. No uso ni tengo un vocabulario extremadamente extenso,nunca me ha preocupado la sencillez con la que me expreso ya que así, me entiendo mejor. No obstante, no dejo de reconocer que es un don, tener don de palabra... me basta con lo que tengo ya que son palabras que comprendo. Puede que el hecho de tener esta limitación, sea que me gusta sentir las palabras, estar segura de que lo que sale de mi boca, es justo lo que siento en mi interior y que entiendo su significado más allá de lo literal, llevarlas más allá de la definición que a estas se refiere. Hoy estaba pensando en lo que significa la palabra fidelidad y de lo que para mi significa en realidad. La fidelidad parece ser que en general, y en lo primero que se clasifica es en el ámbito matrimonial; ser fiel a la pareja y convertir la palabra en una obligación moral. Para mi,sentir esta palabra y pronunciarla convencida de lo que para mi significa, me proporciona una enorme dosis de paz y, no hablo de estar segura de que no me pondrán los cuernos, obviamente...
La fidelidad es algo muy difícil de conseguir ya que implica convicción absoluta hacia lo que se es fiel pero ante todo, lo difícil es no tener que ponerse a sí mismo en duda. Para mi,significa serenidad,fluidez,calidez,ofrenda,bienestar y por supuesto,un gran aporte de paz interior.

sábado, 21 de enero de 2012

Superarse a sí mismo

Cuando escucho decir a alguien que debe superarse a sí mismo, nunca sé realmente a que se está refiriendo, a porqué lo dice..

Hay frases que de pensarse dos veces, posiblemente no nos atreviésemos a decir. Tambien, depende de quine las diga, así nos afecta positiva o negativamente su significado. Cuando esta frase se la dice un padre a un hijo, que le está diciendo, que le está dando a entender? Que no es lo suficientemente bueno, que ese que es en la actualidad necesita remiendos, que debe dejar ese yo atrás e ir en busca de otro que se adapta mas a los requisitos sociales, al patrón que siempre deseo tener para él mismo y que no consiguió. Que deje de ser él mismo, tal y como es en su interior, como persona, para transformarse y desterrar ese autentico yo que con ese acto conseguimos frustrar en el intento de liberación... Cuando ésta frase se la dice uno a si mismo, que estamos intentando decirnos, que no somos lo que desearíamos ser, que este que soy no me gusta, que debo dejarle aparcado ya que no me lleva donde van los demás... que me gustaría ser como fulanito o menganito y tener su nivel o, desnivel.. Hablamos de superarnos a nosotros mismos, -cosa que es bajo mi punto de vista, no solo imposible, sino contraproducente cuando uno se empeña en esa labor - o, de superar al prójimo... Otra cosa parecida pero distinta es aprender a crecer permaneciendo neutro y afín consigo mismo, sin tener que pensar en superar a mi propio ser, ya que en cada intento, vamos deshaciéndonos de capas protectoras - mal comparado a una cebolla deshojada- con cada intento de superación dejamos atrás parte de lo que somos y una vez llegado a ese estado de superación, en realidad lo que hemos conseguido, es desaparecer como tal o quedar con secuelas, como aquel que fui, que era y que tan solo en momentos de declive, posiblemente, con un poco de suerte, pueda volver a ser. Uno puede rivalizar con los demás - a quien le haga falta- pero jamás se debería rivalizar consigo mismo, sino hacer todo lo contrario... me parece...

martes, 17 de enero de 2012

Vaya vaya..

No recuerdo muy bien la cita, pero sí recuerdo que fueron palabras de Napoleón. Lo voy a contar como lo recuerdo haber escuchado; En una de las batallas, hacía un calor sofocante y los soldados se desplomaban exhaustos. Pasaba Napoleón a caballo y uno de los soldados se atrevió a decirle el calor que hacía en el lugar y que podrían morir deshidratados antes de entrar en combate. Napoleón le indicó que plantasen cientos de árboles. El soldado contestó que los árboles tardarían décadas en dar sombra. Por eso mismo debéis sembrarlos lo antes posible, contestó Napoleón, ante el asombro del soldado.

(si alguien sabe la historia completa, me encantaría que me lo mandase)

Si se tomasen como ejemplo esas palabras, estoy convencida que el mundo sería otro. Si se tomasen como ejemplo esas palabras, viviríamos hoy pensando en los que vivirán mañana. No consideramos si estos, los que lleguen, sean nuestros hijos, o los hijos de estos. El hombre, debería tener vetado el derecho de decisión a traer seres al mundo mientras éste, el hombre, siguiese teniendo capacidad de auto destrucción.
Para que dotar a la mujer de el don de olvidar el dolor después del parto para nuevamente gestar y parir y otra vez más. O, es que somos similares a los conejos y necesitamos descaste. O, peor aun, nos auto-descastamos. O, peor aun, descastamos a nuestros propios descendientes y estos a la vez, los que sobrevivan, lo harán con los suyos. Es el legado que vamos transfiriendo en la cadena genética desde que el mundo es mundo. Todos, al igual que la mujer que olvida el dolor, olvidamos que estamos en transito, que aquí no nos vamos a quedar. No nos conformamos con nada y nada nos conforma. Repudio al primer ser humano y a todos los que han ido poblando la tierra, obviamente, me repudio a mi misma por formar parte de ella y repudio a los que vayan llegando y sigo repudiando hasta el último por llegar ya que visto lo visto, cada uno, va destruyendo a su medida,lo que va quedando de lo ya destruido. A pesar de no tener noción continuada de que vamos a morir algún día,lo sabemos y a pesar de ello, codiciamos hasta el ultimo momento pensando que no nos va a tocar a nosotros. Ese debe ser el secreto, olvidarnos hasta el último momento para así dar paso a la vida. Todo es tan confuso, por más vueltas que se le de, de una forma o de otra, por un motivo u otro, siempre llegamos al mismo punto en cuanto a nuestro comportamiento básico.


Para lo que me queda de estar en este convento, me cago dentro...

lunes, 9 de enero de 2012

Interruptores varios...

Hay frases que me cuesta pronunciar y que transformo a pesar de que el significado pueda resultar similar, pero por mucho que lo intente, soy incapaz de pronunciarlas alegremente. Frases tópicas como las que se pueden repartir durante las pascuas. Frases que al pronunciarlas nos llenan momentáneamente de solidaridad, de afectividad, de amor, de todos esos sentimientos que echamos en falta en nuestro interior. Falsas frases falsos significados. Falsa la frase ya que se pronuncia facilmente sin pensar lo que ello representa. Se ven esas caras tan satisfechas, las que lo pronuncian y las que lo escuchan, a pesar de que ni ellos se lo creen. Es como si nos exculpásemos de una culpa de la cual no somos culpables, esa que nos ha sido impuesta y que llevamos a cuestas. Por qué sentimos la obligación, necesidad, de desear que la humanidad cumpla cada uno de sus deseos, si sabemos que eso es imposible. Mejor cerrar la boca antes de decir tonterías si somos conscientes de que más bien neutros deseos y los del resto de la humanidad, no se van a hacer realidad. ¿Que ganamos con decirlo y que perdemos callando? Hay que tener fuerza para elaborar ese conjunto de palabras y lanzarlas al vacío, sí, al vacío donde se encuentran la mayoría de los cuales a quien van dirigidas esas palabras y en ese vació,nos encontramos nosotros mismos, con lo cual, nos auto lanzamos el mensaje erróneo.
Se puede uno sentir mejor después de haber dicho Feliz Año Nuevo, que antes de haberlo hecho... será que existe un interruptor que yo no he descubierto y que efectivamente se activa y se es feliz ante la llegada del año nuevo y durante... Año Nuevo vida nueva, he aquí otro interruptor. Que todos tengamos paz y amor, aquí hay otro... Que el deseo de todos nosotros, de todo ser humano en el planeta se haga realidad...vaya vaya, aquí tenemos un grave problema, hay ciertos lugares en los que no llega la luz eléctrica, con lo cual, no hay interruptores...

viernes, 6 de enero de 2012

Las vueltas que nos da la vida...

Siempre que nos vinculamos a alguien, a través de este vinculo surgen otros y así sucesivamente hasta formar una cadena que poco a poco puede ser interminable. Interminable, mientras el vinculo principal permanezca activo, ya que, por regla general, el resto de los anexados, solo son eso y se suelen desvincular a la par que los 2 principales. Por este motivo, a veces nos cuesta decidir romper con nuestra pareja ya que a pesar de no estar conformes juntos, el hecho de romper la relación, conlleva a la ruptura, si bien no en el acto, si a corto plazo, de todo vinculo que se haya desarrollado dentro de nuestra unión. A largo plazo y con gran esfuerzo y paciencia, nuevamente se van recuperando los que realmente eran auténticos pero nunca sin haber pasado un periodo de duelo, para algunos mas corto ,o, mas largo para otros. Cuando decidí divorciarme, debo admitir que no pensé en los vinculos que podría perder con este acto, solo pensé en mi hijo y en el daño que ello le podría ocasionar, pero a la vez pensaba en el daño que le generaba la situación que había en casa y la evaluación resultaba siempre positiva hacia el divorcio. En este transito ¨perdí¨ lo que consideraba que eran mis 4 hermanas y 6 sobrinos, ya que ellos solo escuchaban la porquería que su hermano vomitaba a cerca de mi y no consideraban los motivos por los cuales yo me divorciaba y que ellos conocían muy bien. De alguna forma les comprendía ya que es un acto humano común, el de exculparse , culpando... Hace 3 años, recuperé a una de mis cuñadas, fue cuando falleció mi madre y posiblemente por el hecho de que es cuñada por partida doble, ya que no solo era la hermana de mi ex marido, sino que también es la esposa de mi hermano... Hoy, después de 6 años, he recuperado a una de mis sobrinas, la que realmente yo consideraba como tal y a quien adoraba y me adoraba y ello me hace feliz. Ella ha tenido su primer hijo y a pesar de que en estos 6 años yo he perdido a mis padres y no supe nada de ella, aquello ya pasó, aquellos momentos fueron duros con o sin ella, con o sin cualquiera y, hoy es hoy... Cuando hemos entrado mi hijo y yo por la puerta de la habitación del hospital, nos hemos mirado como si nada hubiera pasado, en nuestras miradas no había nada más que el presente y el futuro, que será cada minuto que podamos estar juntas sin pensar en los que hemos perdido ya que no lo han sido, simplemente se ha precisado un periodo de duelo, largo y confuso y que ha cesado cuando debía.

No importa como vivamos nuestras vidas, paralelas o transversales, no importa lo que queramos o no, todo aquel/llo que corresponda estar a nuestro lado, lo estará tarde o temprano...

jueves, 5 de enero de 2012

Todo por mis huesos...

Se dice que, para querer a los demás, primero hay que quererse a si mismo. Un poco de sentido tiene el dicho, ya que en nosotros experimentamos cada sentimiento existente y distinguirlos supone saber ofrecerlos. Si uno no está a gusto consigo mismo, lo que genera hacia los demás, es el rechazo que siente hacia su propio ser y así sucesivamente con cada uno de los sentimientos básicos que portamos como seres humanos que somos. Lo malo es cuando un ser se quiere sobre todas las cosas y entonces...

Nunca he conocido a alguien que se quisiese a si mismo, sobre y ante todo, como lo hacía mi abuelo paterno. El celebraba su cumpleaños como algo sobrenatural, formaba unas zambras increíbles e invitaba a toda la familia; hijos, nueras, nietos... todos debían hacer acto de presencia ante tal acontecimiento, el abuelo había cumplido años y bendito el día que EL nació. Curiosamente, el hecho de que él siempre nos hacía ver a todos lo importante que era ese día, todos teníamos un co-sentimiento y todos le alabábamos a pesar de que todos sabíamos lo que él había sido y era...
El se casó con mi abuela cuando ella tenía 16 años, era guapísima y el se volvió loco por ella y hasta que no la consiguió, no paró... él tenía unos 22. Mi abuelo trabajaba por su cuenta ya que no quería tener amo y se dedicaba a hacer banastas y a la venta ambulante o trapicheo. Vivían la vida sin escatimar nada, todo para ellos dos ya que nada les impedía lo contrario. Buenas comidas, buen vino, teatro, revistas, todo lo que en aquella época se estilaba y por supuesto, dependiendo del poder adquisitivo de cada cual, como siempre suele pasar. Ellos estaban muy bien económicamente hasta que empezaron a llegar los niños, hasta un total de 9 y ya en época de vacas, algo más flacas. Ya había que trabajar no solo para ellos dos, sino para los que iban llegando. Estalló la guerra y por entonces mi padre que era el segundo, tenía 8 años y ya trabajaba, como lo hacían casi todos los niños de por entonces. Llamaron a mi abuelo a filas y no tuvo mas remedio que ir a pesar de que no quería ir ni a ¨tiros¨. Una vez allí, en pleno frente, empezó a preparar una estrategia e intentar que le dieran por inútil y así regresar a casa. Empezó a fingir ataques epilépticos continuos y ello supuso que le llevaran al hospital de campaña y que los médicos le examinasen y deliverasen si efectivamente, eran ataques verídicos o les fingía. Para ello, para poder averiguar si era autentico su padecer, debían retenerle en el hospital y esperar el momento de uno de los ataques y, así fue, llegó el momento de una de las crisis y el momento de la prueba definitiva y decisiva... cómo probar si eran ataques, pues metiéndole unas pequeñas astilla entre las uñas de las manos y los pies justo en el momento de crisis y si aguanta el dolor y no se inmuta, prueba superada. Mi abuelo regresó a casa esa misma semana. En breve mi abuela parió otro hijo y él siguió con sus trapicheos y pasaron los años. Contaba mi padre que, sus padres, siempre habían sido muy egoístas, que ellos se marchaban de parranda, comían cosas ricas y que a ellos, a los 9 hijos, les preparaban una cazuela de gachas para compartir... el que más rápido come, más come y el que menos, se queda silbando... cuantas veces me pudo decir mi padre, las veces que se le había pelado el paladar al escaldarse por comer rápido y sin soplar. Pasados unos años más, ya todos eran mozalbetes y se tenían que buscar la vida, mis abuelos, seguían viviendo la suya... pasaron otros pocos años, mil calamidades y harto de aguantar mi padre se marchó de casa después de una gran bronca y ahí, dejaron de hablarle. Llegó el tiempo en que mi padre conoció a mi madre y se casaron. Compraron un corderito para criarle para la comida de la boda, mis abuelos no fueron a la boda pero sí mandaron a la hija menor a casa de mi madre, con una cazuela para que pusiesen las ración de cordero que les tocaba a ellos dos como padres del novio. Se lo pusieron,se lo llevaron y alegremente seguro que se lo comieron. Mis padres se marcharon a trabajar a Australia y a su regreso, mi abuelo vino a convencer a mi padre para que se asociasen y trabajar juntos, había que invertir un dinero y obviamente, mi padre era quien supuestamente había traido esa cantidad de Australia y lo malo es que le convenció y mi padre invirtió y sin un duro se quedó. Nuevamente, dejaron de hablarse.

Yo conocí a mis abuelos el día de mi comunión, ese fue el momento del reencuentro. Conociendo sus antecedentes, pienso si en realidad quisieron venir a la comunión por conocerme o por la parte que les correspondía de la limonada y la comida que mi madre había preparado. Pasaron otros 10 años antes de que yo volviese a ver a mis abuelos ya que mis padres se marcharon nuevamente a Australia al poco de mi comunión. Fue después de este nuevo periplo cuando yo realmente pude conocer a mis abuelos ya que para colmo, ellos debido a que eran muy mayores y no podían vivir solos y, a pesar de que tenían 4 hijas, nadie les quería cuidar y finalmente, mis padres se hicieron cargo de ellos con lo cual, a la vez, me tocaba a mi ayudar. De joven, mi abuelo se pinchó en una ceja con una cambronera y esa herida nunca curó del todo bien y a raíz de eso y con la edad, aquello se convirtió en cáncer y le invadió el ojo izquierdo, le operaron varias veces y la única solución fue taparle el ojo con un trozo de piel que le quitaron del brazo, dejando un pequeño avispero para drenar la lágrima. Yo siempre le llevaba a las revisiones al hospital y recuerdo que en una de ellas, el médico le dijo; Felipe, ya no podemos hacerle nada más, así se tiene que quedar ya. El se puso en pie y gritando al médico le dijo, es que la ciencia está para algo y a mi me tienen que curar el ojo, a mi me tienen que curar el ojo. El médico no le hizo ni caso y le dije de irnos. En medio de la sala de espera, se tiró al suelo y fingió un ataque, echaba espumarajos por la boca y se retorcía como una serpiente. Salió el médico y le dijo, Felipe, se que estas fingiendo, pero a pesar de ello, te voy a ingresar unos días a ver que hago contigo. Y así fue... se quedo ingresado. A la mañana siguiente nos llamaron del hospital, que fuésemos que mi abuelo había muerto hacia unos instantes. Llegamos y el médico nos contó lo sucedido. Al parecer, mi abuelo era el único que veía y que se podía mover de los 4 que estaban en la habitación -ya que aunque tuerto, veía por un ojo y a pesar de los 85 años que tenía estaba ágil como nadie- y le pidieron que cerrase la ventana ya que estaba refrescando. El era muy pequeño y pesaba muy poco. Al intentar cerrar la ventana que era abatible hacia afuera y que quedan como suspendidas en el aire, al echar mano perdió el equilibrio y calló al vació... y ahí se acabó EL.

Debo reconocer que gracias a él, aprendí a quererme lo suficiente, pero no más...