viernes, 28 de octubre de 2011

Llamando al planeta tierra...

Anoche, mientras dormía, no soñaba, sino pensaba... he despertado,o, me han despertado. En esta ocasión, no ha sido el vecino de arriba, y tampoco el de al lado, ni el ruido, cualquier ruido... no. Me ha despertado mi cuerpo, mi organismo: los oídos, la garganta, el corazón, los ovarios y cada uno de los órganos que me suelen acompañar cuando pienso y siento, profundamente. No es que me ocurra así siempre, porque sí, así de esta manera, pero cuando llega, no es el órgano cerebral acompañado por la mente, los que rigen, ya que en estos momentos, quedan al final de la fila. Suele suceder que haya habido un cúmulo de circunstancias sin solventar, puede que estas circunstancias no hayan sido percibidas o manifestadas de la manera adecuada y quedasen camufladas por el día a día o, hasta se les haya dado menor importancia y, llega el momento en el cual todo mi ser se revela y me advierte que tiene sobrecarga y que debo liberar. En ese preciso instante, algo en mi se "transforma" y durante un tiempo impredecible entre horas o días, empiezan a sucederse y suceder/me una serie de acontecimientos que inconscientemente, puede que yo esté provocando que ocurran debido a los ingredientes químicos que mis órganos generan y proporcionan y que estos han generado debido a mi estado durante esa inconsciencia o despreocupación... todo forma parte de lo mismo. En este espacio de tiempo, siempre llego a tomar decisiones o determinaciones, -normalmente contrarias a lo que pienso o deseo hasta ese momento- y me dejo llevar ya que se que éstas son las correctas, llegan sin más, sin pensar. Es como si mi interior tomase las riendas por completo y percibo que no me diferencio, que cada uno de mis órganos, son la misma cosa, yo. Hoy he vuelto a sentir y confirmar que no tengo predilecciones políticas, ni religiosas, ni espirituales y que no sigo a nada ni a nadie pero que a la vez no excluyo nada. Que a pesar de tener que ir a trabajar y, trabajar, no significa más que lo que es, trabajo. Que a pesar de ser madre y amar sin límite a mi hijo, solo se trata de eso, de ser madre. Que a pesar de ser amiga, solo se trata de eso, de ser amiga. Que a pesar de cometer errores, solo se trata de eso, de errores. Que a pesar de estar viva, solo se trata de eso, de vivir. Todo en la vida, son funciones.
Hoy me pregunto que de donde he llegado o es que aun no lo he hecho. Hoy me pregunto que porque no llego al mundo o porque el mundo no me llega. Y me respondo: sigo en mi mundo, en esa especie de limbo terrenal.