viernes, 7 de octubre de 2011

Grandes empresas

Una gran empresa, precisa de los mejores directivos/dirigentes y, descendiendo gerárquicamente, éstos, deben ir seleccionando a los candidatos que mejor cualificados esten para cada puesto existente y, una vez empleados, conseguir la gran tarea pero gratificante, de convertir a esos empleados en mentes con actos autónomos capaces de conseguir los mejores resultados. Esto llega a través de una buena formación y prácticas relacionadas a cada área o sector. Llegado el momento, una vez superados estos pasos imprescindibles, llega el momento de depositar en estos empleados toda la confianza para que desarrollen plenamente el conocimiento adquirido. Esto se consigue, delegando. No es fácil delegar ya que ello implica perder de alguna forma el control absoluto del barco ,aunque a la vez, este control que no queremos perder no trate solo de no confiar en otros para ejercer, sino que está asociado más bien a nuestra propia inseguridad. Hay que aprender a hacerlo, ya que de no llegar a conseguir este importante paso, la empresa se iría al traste ya que ésta, no solo puede constar de directivos, necesita del grupo al completo, para mantenerse y crecer. Lo importante de delegar( siempre con algún método de control/medición de gestión) es que se crea en el delegado, un estado de autoestima y autorivalidad en conseguir el objetivo impuesto, en llegar a la meta por sí mismo. En esa meta, todos se encuentran para evaluar los logros en equipo. Sí, en equipo, ya que de ser en su totalidad logros unitarios, no sería una empresa y en breve, sucumbiría en la nada. Una empresa sólida, trata de el trabajo y esfuerzo de cada individuo, pero con un unico propósito u objetivo, para todos.

El mundo está formado por miles de millones de empresas muy especiales, únicas.

No estoy segura, pero si en España se calcula que existen unos 17 millones de hogares y, si al menos el 75% de éstos está formado por familias, suman unas 12.750.000. Si este porcentaje lo multiplicamos a escala sobre el resto del mundo la cifra es asombrosa. Estas empresas, cada una de ellas tienen el mismo nombre y, éste es: FAMILIA.

Dos futuros Gerentes se encuentran en la calle y deciden formar sociedad.
Ellos consideran que están capacitados para tal empresa y consolidan el trato(matrimonio/unión). Llega el momento de aumentar la plantilla (los hijos) y, a diferencia de lo que sucede en una empresa convencional, estos empleados que contratamos, no traen un currículum vitae en mano, no les podemos seleccionar de entre miles de candidatos y, debemos asumir y aceptar sus defectos y virtudes, como propias. A cada uno de ellos, se les debe formar unica y exclusivamente de acuerdo a sus posibilidades y no en cuanto a nuestros deseos. Se les debe motivar, reprender, apreciar, entender y comprender y que comprendan, que forman parte de un gran equipo y que mientras permanezcan en esta empresa, todos son la misma cosa y, a esta "cosa" hay que respetarla. En esta empresa, la meta de los directivos es la de enriquecer el curriculum vitae de los empleados y llegado el momento preciso, haber cumplido con los requisitos esenciales de gerente y delegar sin esperar nada a cambio por el tiempo empleado, por la paciencia, por los disgustos, por las noches sin dormir, por las privaciones que conlleva ser directivo, en general. Nada es tan gratificante como saber que estos empleados han adquirido el conocimiento y autonomía suficiente y engordado su currículum, y que ejercerán como responsables y gerentes de su propia empresa. Su vida.