viernes, 15 de octubre de 2010

Debajo un puente...

Desde hace dos días, trabajadores del ayuntamiento están limpiando los bajos del Puente de Ventas , en Madrid. Están sacando contenedores de, lo que para nosotros sería BASURA pero que para otros es todo cuanto poseen. Estos bajos en su día eran jardines y debido a que en la parte resguardada del puente, pernoctaba algún que otro indigente, el ayuntamiento decidió tapiar el puente con ladrillos entrecalados dejando un espacio libre entre ellos con el fin de que aquello quedase algo “vistoso”. Próximo al puente hay un parquecillo con una fuente de agua potable, bancos y, muy cerca una zona comercial y viviendas.

Creo que desde el momento en el que se estaba haciendo la tapia, ya había lista de espera entre los indigente y no tanto… para habitar esos bajos y efectivamente, desde hace muchos años los bajos del Puente de Ventas ha sido el “hogar”de cientos de indigentes y personas de paso que por circunstancias han quedado atrapadas en un estado/situación sin salida. Para estas personas, este lugar ha sido como un hotel de seis estrellas ya que debido al enladrillado de la tapia les proporcionaba luz natural cuando la había y la que les llegaba de la M-30 cuando anochecía, estaba bien ventilado y tenían un parque donde salir a respirar , agua potable y que a la vez podían utilizar para el “aseo” diario, tiendas donde comprar algún que otro alimento y lo más
importante, un lugar donde resguardarse de la lluvia y el frío, mas o menos..

Hace unos meses, el programa Callejeros filmó el interior de estos bajos e hicieron un reportaje no solo de este lugar sino de otros tantos similares, mostraron en qué condiciones “ vivían” allí estas personas, algunos de ellos eran drogodependientes pero otros por razones varias, habían llegado a esa circunstancia sin buscarlo y sin remedio. Cada día paso a 50 cms del enladrillado con mi coche según me dirijo al trabajo, siempre supe de la existencia de es submundo tan próximo pero desde que vi aquel programa en el que mostraba el interior del puente, cada vez que llego a este punto y por defecto, mi mente proyecta la misma imagen, la de ese interior con colchones más que viejos, tenderetes para colgar las ropas que malamente han sido lavadas en la fuente del parquecillo, maletas atadas con cuerdas portadoras de los únicos objetos “personales”, mesas y sillas donde comer, infiernillos donde guisar..

Hoy han cerrado con placas metálicas las entradas que había abiertas desde hace años, justo ahora que empieza el frío… supongo que no tiene por que haber un momento perfecto para hacerlo, aunque no habría por que hacerlo de no existir esta situación ... estoy convencida que en breve, cuando la policía deje de patrullar , el lugar nuevamente será “tomado” y vuelta a empezar.

Me duele y no lo puedo evitar, imaginar esos ojos observando al mundo exterior, desde ese mundo que lamentablemente llevan en su interior…