Tengo un amigo, al cual llamo “Guadiana”, aparece y desaparece sin previo aviso… bueno, yo si sé cuando va a desaparecer y, esto es precisamente cuando más feliz y contento se encuentra a mi lado, cuando los ojos le brillan y su sonrisa es de oreja a oreja… ese es el momento de la retirada y aunque él no dice nada, se que es la hora de la despedida… él desaparece justo en el momento en que siente que se apodera de él algo más que la amistad que nos une y, yo le entiendo , respeto y le sigo apreciando.
A veces, llama él después de meses de ausencia y a veces lo hago yo, como ha sido en esta ultima ocasión después de más de seis meses. Curiosamente, conducía por la M-30 dirección a mi lugar de trabajo, cuando delante de mi coche circulaba un camión con origen de Vélez Málaga y me dije, anda, pero si de ahí es “Guadiana” y el nombre del propietario inscrito en el lateral era también ni más ni menos que el suyo... justo al llegar a mi destino, le mandé un sms y le decía; Que tal “Guadiana”, después de tanta lluvia, estarás crecidito y creo que es hora de aparecer, ya no hay sequía… y por mi parte, tampoco hay “heart feelings” hay un gran lugar llamado amistad que creo deberías visitar!
Seguido, es lo que él percibió ese día en el cual recibió mi sms mientras se encontraba en Irlanda solo (es divorciado y padre ejemplar, no se separa de sus hijos ni se suele ofrecer momentos para sí mismo , nunca, aunque está aprendiendo) me lo cuenta en un correo que pego y copio:
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Y por contarte algo distinto te contaré que un día, estando en Dublin, paseaba por el centro de la ciudad y en un murete que había junto a la acera me encontré una moneda de 2 penikes. Una señora que pasaba junto a mi me vió cogerla y me dijo sonriendo - Lucky penny! - Yo la contesté con otra sonrisa y me la guardé en el bolsillo pensando con escepticismo que cualquiera se puede encontrar una moneda en una ciudad y no por eso ha de ser de la suerte.
Pero mas tarde, con una guinnes en la mano me di cuenta, al pagar, que en Irlanda se maneja el Euro desde hace mucho y me dió por creer que podía ser lo que me decia la señora. Luego mis ensoñaciones fueron mas sencillas, con la ayuda de la segunda y la tercera guinness, y tambien con la ayuda del ambiente tan mágico que tienen las tabernas de este pais, con esa música y con sus leyendas de duendes y brujas.
Ese mismo día recibí tu mensaje, cuando tenía la certeza de que no iba a volver a saber de ti nunca mas.
Llegué a Madrid, y el primer día que me puse a buscar piso lo encontré, y no uno cualquiera, sino uno que cubre todas mis necesidades y mis deseos, después de haberme tirado muchísimo tiempo buscando y no haber encontrado nada ni tan siquiera parecido.
Sigo sin creer mucho en estas cosas pero no dejo de llevar mi lucky penny en el bolsillo.
Un beso y hasta pronto,
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Esto es lo que yo le contesté:
Gracias por compartir esta maravillosa experiencia conmigo, lo has hecho de tal manera, que lo he ido viviendo a la perfección según lo leo. No nos damos cuenta a veces debido a la falta de tiempo que tenemos en emplear nuestros sentidos al máximo, de que efectivamente existen duendes (por así llamarlos) lo que ocurre es que esos duendes somos nosotros mismos que estamos en el lugar oportuno en el momento adecuado y sensitivamente despiertos a cualquier sensación que nos llegue y que está ahí en muchas ocasiones, pero nosotros no estamos receptivos. Tu, estabas contigo mismo , cosa rara en ti, al menos de esa manera y encontraste tu Lucky penny pues estabas en el lugar exacto en el momento exacto, en el que la señora también lo estaba , para decirte la frase concreta… hoy día, ya no se encuentra un penny porque sí y menos, que alguien te vea recogerlo y te ofrezca esa frase de la suerte, pues tu nunca lo hubieses sabido de no estar la señora allí para decírtelo, y ahora simplemente se trataría una moneda cualquiera que encontraste. Tú , eres tu suerte, todo está ahí esperándonos, solo es cuestión de que llegue el momento propicio y estemos dispuestos a agarrarlo. El hecho te ha despertado y me alegra enormemente. Tu sabes que yo siempre llevo mi cristalito a cuestas, y alguna otra cosilla que me hace sentir segura… aunque se que yo misma soy esa piedra o esa herradura, al igual que tu eres ese Penny de la suerte en el que nunca debes dejar de creer.
