sábado, 4 de abril de 2009

El Rastro y la vida

El Rastro y la vida..

Para mi pensar en el RASTRO o cualquier otro zoco de cualquier ciudad del mundo es precisamente el mejor ejemplo de lo que es la vida en sí…y en especial como se desarrolla ésta, en el mundo “desarrollado”. Hablo del Rastro de Madrid pues es el que visito con mucha frecuencia, me resulta muy familiar y tengo analizado, ligeramente pues, cada día va evolucionando dependiendo de la mercancía expuesta a la venta..o compra.. es como un río arenoso que dependiendo de la corriente diaria y como arrastre la arena, así varía su cauce…

En el rastro se vende de todo y, todo se vende….. hay millones de artículos esperando
Ser rescatados o esperando estos, rescatar a alguien.

Recuerdo en una de mis expediciones de rebusca, me topé con un señor muy mayor que vendía zapatos usados, el me llamo…. Muchacha, acércate a ver si te interesa algo, ven… yo me acerqué y pude observar que entre muchos extraños enseres había un lote de zapatos usados de caballero de pie izquierdo y otro lote de zapatos de señora de pié derecho… le miré al caballero y con cara de asombro pregunté… oiga me choca tanto lo de los zapatos estos, él me respondió, pues hija no es para tanto, es fácil saberlo… seguro que eran un matrimonio de cojos y sonde han ido, ya no les hacen falta los zapatos. La verdad es que su lógica tenía.

Se encuentran, cómo esos zapatos, miles de artículos ilógicos para unos, pero de precisa lógica para otros… dentaduras postizas, bacines desconchados, piernas ortopédicas de la época
de “ barba azul”, carburos, 3 uñas postizas, la funda de oro de una muela, un tornillo , un eslabón de una cadena, un peine desdentado. Se podría hacer un listado sin fin, de tantos y tantos articulillos que se vende. Buscas y buscas y no dejas de encontrar, es una mina de sensaciones y de sorpresas.

Para mí, la vida es como el “rastro”, un inmenso zoco de oferta y demanda, un lugar donde sirve todo y nada a la vez… dependiendo de cómo lo vendas o como te compren.

Siempre que me acerco allí, traigo algo, no algo que vaya buscando en concreto sino, algo que me encuentra a mi o que nos encontramos mutuamente…. Lo que voy buscando desde hace años, nunca lo encuentro, aun esta ese hueco pendiente de ser habitado y en su lugar se encuentran otros que han ido rellenado poco a poco ese espacio, su espacio. Si este, el pendiente de llegada, no lo hace, no notaré tanto su ausencia pues estaré acompañada por los demás y por mí misma… y si llega, tendrá su lugar entre todos.

La vida, no es cuestión de saber siempre lo que quieres- que aburrimiento-más bien es saber
que es lo que no quieres, de esta manera haciendo esta preselección algo de lo que quieres,
siempre permanecerá próximo.